Nota: 9/10
Lo mejor: La construcción de los personajes, sin fisuras ni dobles fondos.
Lo peor: Algún bajón en el ritmo frenético.
(Atención Spoilers)
Ay que abandonado tengo el blog… Con esto de crónicas de conciertos, el trabajo y toda la historia, tanto que me apetece escribir y al final nunca tengo tiempo.
Y esta vez me apetecía escribir sobre una peli. Me pasa algo con las pelis, de verdad. Cuando los niños eran pequeños digamos que el momento de ver una peli era el momento en el que yo cerraba los ojos y aprovechaba para dormir, y me está costando quitarme esa costumbre de encima. Me he propuesto ver las pelis con la misma pasión y ganas que tenía antes de ser madre (sí, la maternidad te cambia infinidad de cosas, para qué mentir). Así que llevo unos meses recuperando el tiempo con el cine, que como los libros y la música es de mis mayores pasiones.
Y dije yo, ya puestos vamos con algo sencillito, me decanto por Yorgo Lanthimos. Nada rarito el hombre… La verdad es que con tanta polémica a su alrededor, que si es feminista o no, que si tiene mucho sexo, que si es difícil de ver… demasiadas tentaciones. Tengo que saber por mi misma qué pasa con esta peli.Para empezar, disfrutar de sus títulos iniciales. Y es que hemos perdido el placer de ver los créditos de las pelis y de las series, tanto los del principio como los del final, con esto de tener la opción «saltar» de las plataformas, es como pasar de los preliminares en el sexo. Nos olvidamos de disfrutar también de la creatividad de algunos trabajos increíbles y de los finales escondidos. Los créditos de esta peli no son menos, son los avisos previos de que vamos a vivir una historia de fantasía.
Empezando por la dirección artística. Esto es otra liga. El uso de los colores y el significado de cada uno de ellos en la historia, los paisajes, el extraño pero hermoso vestuario de Bella Baxter y lo que nos quiere transmitir mientras va cambiando a la par que cambia el carácter y la personalidad de Bella a lo largo de la película.

Esta increíble historia comienza con un precioso y colorido plano de una mujer embarazada (Emma Stone) lanzándose al mar en una escena con una gran fuerza y una belleza oníricas. Y formando parte de este drama del que desconocemos datos, un científico tipo «Frankestein» (Willem Dafoe) recupera su cuerpo del agua, sacando al bebé de su barriga y colocando el cerebro de este en el cuerpo de la madre.
Vaya flipada ¿verdad?. Sí, una auténtica ida de olla que es aquí utilizada para darnos una visión o perspectiva del crecimiento personal, intelectual y sexual de un ser humano.
Toda esta historia ocurre en un entorno igual de flipante, vemos experimentos animales del excéntrico» padre» de Bella correteando por la casa, un ama de llaves enfurruñada y pretendientes masculinos que no se extrañan demasiado de la infantilidad de Bella.

Somos espectadores de un proceso vital; del crecimiento de un bebé que en un cuerpo de mujer va poco a poco aprendiendo a comer, a ir al baño, a hablar, a caminar, a comportarse de manera formal y que casualmente descubre que su cuerpo está preparado para el placer sexual. Pero esta sexualidad se vive por Bella como un instinto natural, no acompañado de momento de los dramas, los líos y las movidas que nos pasan cuando somos adultos. A Bella le da placer tocarse y se toca, donde sea y delante de quien sea, los perjuicios sociales aún no existen en su virginal cerebro. Y en su entorno social de «alta sociedad» es donde precisamente encontramos los mayores perjuicios, estos perjuicios que a veces le impiden seguir sus instintos son los que siembran en su cerebro la semilla de querer descubrir qué hay más allá de su jaula de oro.

Aunque su «padre» ya ha hecho planes para ella, ayudado por su pupilo, el cual se dedica a estudiar y documentar los progresos de Bella, esa semilla de curiosidad encuentra el aliado perfecto en el vividor abogado que va a preparar los papeles de su matrimonio concertado (Mark Ruffalo),.
Y aquí comienza el viaje iniciático de Bella conducida por su particular Cicerone a través de un mundo de primera clase, sexo, sexo y sexo, y no compromiso. O eso parecía. Bella empieza a descubrir que la realidad no es tan sencilla. Los celos, las clases sociales, la pobreza. Bella va descubriendo que el mundo no es tan puro, ni se rige por instintos primarios como los de ella.

Casualmente descubre el mundo de la prostitución, de fácil acceso, y para ella fácil de hacer, es una actividad sexual más, en su cabeza no hay complicaciones ni cuestiones morales. Lo hace. Ya está. Asistimos aquí a un desfile ligeramente bizarro, con clientes variados, con sus extrañezas, taras y fantasías extrañas.
Vemos una nueva dimensión sexual en Bella, acompañada de maquillajes estrafalarios y un vestuario acorde con este momento vital.

Durante la estancia en el prostíbulo Bella conoce, vive, investiga y experimenta, para, una vez saciada su curiosidad , posteriormente volver al «redil». La grave enfermedad de su padre hace que se reconcilien y le perdone sus ansias de dominarla. Decide estudiar medicina, y recuperar los planes de matrimonio que su padre tenía preparados, celebrando el enlace con Max, el único de su entorno que no le reprocha el haber ejercido la prostitución.
Descubre en este momento cuáles sus orígenes, su padre ha repetido su experimento en otra mujer llamada Felicity y este le cuenta cuál es su verdadera historia, completando así un ciclo vital de autoconocimiento y descubrimiento.

Pero el final aún no ha llegado para la historia de Bella. Reaparece en su boda el marido de Victoria, la mujer cuyo cuerpo contiene el cerebro del bebé que es Bella. Un tirano, maltratador y déspota que pretende acabar con esas ideas de Bella, que como vemos aquí fueron los motivos de que Victoria prefiriese la muerte a que fuera el padre de su hijx. Tal y como hizo con Victoria quiere que Bella esté confinada, se dedique a cuidar a sus hijos y se olvide del deseo sexual.

Disfrutamos ahora de un espectáculo visual con el cambio de vestuario de Bella. Casada con un hombre tirano, se convierte en una mujer seria y recatada, pero esos vestidos tienen unos colores y una belleza increíbles. ¿Y qué pretende hacer Alfie, el marido de Victoria para hacer que su mujer cumpla como él quiere? Pues pretende extirparle el clítoris, lo que para él es el culpable de lo que ocurrió con Victoria y no quiere que ocurra con Bella.
Lo que a Bella le da libertad él lo quiere eliminar, porque a Bella, un bebé en su cerebro, la libertad se la da su sexualidad, su visión del sexo y el amor sin límites y sin compromiso.
Por eso no lo va a permitir.
Y no quiero contar el final porque merece la pena verlo, el desenlace de la historia encaja perfectamente, y Bella se convierte en nuestra heroína, heroína feminista que no permite que un hombre coarte su libertad, su sexualidad y su vida.
Y la bucólica escena final. Merece la pena.

Así que en resumen la película me ha flipado. El trabajo artístico, la dirección, el uso de distintas lentes de cámara para transmitir desasosiego, tristeza, angustia, extrañeza. Feminista o no, la película te remueve, te engancha y te lleva a cuestionarte todo aquello que tenemos tan metido dentro que nos parece innato.
Ojalá por un momento tener la mente tan limpia como Bella.
Gracias por leerme
xxx
